viernes, 5 de marzo de 2010

Madrid, marzo de 2010


























La librería Pérez Galdós, el elefante blanco o una tienda donde el tiempo parece haberse detenido transportándote a otra época son algunos de los comercios con los que me encuentro de camino a clase.
Pequeños universos atrapados entre cuatro paredes.
Asomarse a sus escaparates es como contemplar un mundo fantástico, desconectando por un momento de la realidad. Es como entrar en un viejo desván lleno de antiguas historias, secretos y misterios y quedarse suspendido en el tiempo mientras allá fuera, el mundo se mueve frenéticamente en una absurda carrera hacia la nada.