
A petición de Creatura, aquí está el cuélebre, la serpiente alada de la mitología asturiana que vive en cavernas, fuentes y bosques. Su piel recubierta de escamas es prácticamente blindada, salvo debajo de las barbas. Los cuélebres son unos magníficos guardianes de tesoros y xanas encantadas.
En asturias hay muchas leyendas que tienen como protagonista a esta criatura, aquí os dejo dos muy curiosas:
"Érase una vez un pastor que encontró una pequeña culebra en la montaña. Estaba abandonada y la recogió. Hizo un recipiente pequeño de madera para ella y la crió con leche de oveja. De este modo crecieron juntos; el pastor, en la nostálgica soledad de los puertos, no tenía más compañía que la de la culebra y su ganado.
Pasó el tiempo y él fue a servir al rey por lejanas tierras y cuando acabó el servicio regresó al puerto de pastor. Buscó a la culebra y la encontró transformada en un cuélebre. Ella se dirigió a él echando fuego por la boca y derribando los árboles, haciendo mucho ruido y sacudiendo la cabeza, y le echó en cara:
-¿Por qué me dejaste sola?
Y se lo tragó."
"Había un Cuélebre muy grande en una cueva de Brañaseca, en el concejo de Cudillero. Y los vecinos, para que no les comiera el ganado le mantenían con borona y pan de centeno. Cuando iban a llevarle la ración le decían:
-Abre la boca, Cuelebrón,
que ahí te va el boroñón
Y un día, en vez de pan le dieron una piedra calentada al rojo y murió".